El ejercicio físico de resistencia previene el envejecimiento.

El envejecimiento físico es una serie amenaza para libertad y la independencia de quien lo sufre. Ser viejo no significa resignarse a una vida sedentaria exenta de actividad física. En ello, la sarcopenia (la pérdida de masa muscular) juega
un papel determinante.

Con la edad las hormonas responsables del mantenimiento de la masa muscular van aminorando su función, en parte por la menor ingesta proteica pero sobre todo por la inactividad física, por la falta de estrés que se ejerce
sobre la musculatura, sin contar con que las “células satélites” encargadas de la reparación muscular se vuelven menos sensibles a los estímulos. Esta pérdida de masa muscular es uno de los mayores desafíos que deben de
afrontarse cuando llega el envejecimiento mal gestionado.

Las investigaciones muestran que comenzamos a perder músculo alrededor de los 35 años, y que el proceso continúa después de los 60 años. En general, a partir de esa edad se pierde anualmente un 3% de la masa muscular total.
El problema no se detiene ahí; la sarcopenia se ha relacionado con la diabetes mellitus tipo 2, la obesidad, la hipertensión arterial, aumentando el riesgo de enfermedad vascular (infarto de miocardio e ictus) y posiblemente cáncer.

Numerosos estudios han demostrado que el mejor remedio para evitar este deterioro físico derivado de la sarcopenia es el levantamiento regular de pesas ya que esta modalidad de ejercicio es la mejor manera de estimular el
crecimiento muscular aumentando la masa magra total en todo el organismo.

Un programa de mantenimiento y mejora de la masa muscular tiene que ser controlado, progresivo, adaptando la resistencia a las capacidades físicas de los que se inician en esta práctica tan saludable.

El ejercicio físico de resistencia no solo aumenta la masa muscular sino también la fuerza del tejido conectivo y la densidad mineral ósea, ampliando la capacidad de cada individuo por anciano que sea, para seguir llevando una vida independiente, reduciendo además el riesgo de caídas y fracturas.
También es muy saludable para el bienestar psicológico.

Sin embargo, algunos metaanálisis han indicado que solo el 9% de las personas mayores de 75 años realizan ejercicios de resistencia al menos dos veces por semana. Las causas son diversas; el entrenamiento de resistencia
puede ser intimidante para la mayoría, especialmente si se tiene más de 65 años y nunca se ha hecho este tipo de actividad gimnástica. Por otro lado, los problemas generales de salud, la artrosis degenerativa, el dolor, la fatiga, el
miedo a las lesiones y otras patologías propias de la vejez pueden mantener a los adultos mayores alejados de este actividad tan saludable. 

Estas barreras psicológicas y físicas que hacen renuente al sujeto de más de 65 años para afrontar esta práctica tan saludable puede ser más fácilmente superada si se acude a un gimnasio y, bajo la tutela de un profesor deportivo, y
mejor aún practicando esta actividad en grupo, se logran vencer los miedos y conseguir con un moderado esfuerzo, no sólo recuperar una masa muscular tan necesaria para llevar una vida normal sino para prevenir las frecuentes
complicaciones de todo tipo derivadas de la sarcopenia.
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