Grasa blanca versus grasa parda: Dos tejidos con acciones contrapuestas.

Sabemos desde hace tiempo que el organismo posee dos tipos de grasa diferentes: La BLANCA, que acumula energía y es en gran medida responsable de la peligrosa obesidad visceral que se manifiesta por acumularse en el abdomen, las caderas y los muslos, y la PARDA, de menor volumen que la blanca y de localización preferente en la parte alta del tórax, siendo la encargada de quemar energía para generar calor y, por tanto, con capacidad para rebajar el
peso corporal.

En resumen: la grasa blanca acumula energía y la parda la consume. Esto es debido a que la parda contiene más mitocondrias que la blanca lo que favorece una aceleración del consumo metabólico de la energía y, por tanto, la reducción paralela del IMC.

Ahora, científicos de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA) han desvelado los posibles mecanismos por los que la grasa parda actúa de esta manera tan beneficiosa. Mapeando las vías nerviosas simpáticas situadas en la almohadilla grasa supraclavicular que activan la grasa parda, particularmente en ambientes fríos, identificaron que los nervios que activan la grasa parda son el 3º y 4º nervio cervical que, por otro lado, son los responsables de la inervación sensitiva de partes de la cara, la cabeza, el cuello y los hombros y que, además, controlan los movimientos del diafragma.

La activación de estos nervios podría estimular la grasa parda aumentando el consumo energético y con ello rebajar el peso corporal y favorecer el perfil metabólico general mejorando la resistencia a la insulina, estabilizando la glucemia y optimizando el perfil lipídico.

Actualmente se especula si las nuevas incretinas agonistas del péptido 1 similar al glucagón (GLP-1) podrían estimular selectivamente los nervios que regulan la actividad de la grasa parda incrementando el consumo calórico y con ello la reducción del peso corporal. Otras técnicas como la electroestimulación local o la termoterapia podrían inducir una hiperactividad de la grasa parda, desencadenando con ello la movilización de señales bioquímicas que regulen el
metabolismo energético de todo el cuerpo.

Fuente: Srikanthan P, Geffen D. “Sympathetic innervation of the supraclavicular brown adipose tissue: A detailed anatomical study.” PLOS ONE
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