PARKINSON Y TÓXICOS QUÍMICOS

Un químico común de usos industriales y productos doméstico como quitaesmaltes,
eliminadores de pinturas, limpiadores de armas, productos de limpieza en aerosol, limpieza en
seco, etc., puede ser el culpable del aumento dramático de la enfermedad de Parkinson (EP)
cuyo crecimiento en los últimos años ha sido exponencial.
Un equipo internacional de investigadores dirigido por el Dr. Ray Dorsey, profesor de
neurología de la Universidad de Rochester (NY) sugiere que el químico tricloroetileno (TCE)
está asociado con un incremento del riesgo de hasta 500% para provocar EP, la enfermedad
cerebral de más rápido crecimiento en el mundo. Innumerables personas han muerto durante
generaciones de cáncer y otras enfermedades relacionadas con el TCE. En opinión de Dorsey
prohibir estos productos químicos en sitios contaminados y proteger hogares, escuelas y
edificios en riesgo puede ayudar a rebajar las altas tasas de la EP.
Un tóxico invisible
TCE se sintetizó por primera vez en un laboratorio en 1864, y la producción comercial comenzó
en 1920. Debido a sus propiedades únicas, TCE ha tenido innumerables aplicaciones
industriales, comerciales, militares y médicas, incluida la producción de refrigerantes, la
limpieza de productos electrónicos y el desengrase de piezas de motor.
Además, se ha utilizado en la limpieza en seco, aunque un producto químico similar
(percloroetileno [PCE]) se usa actualmente más ampliamente para ese propósito. Sin embargo,
en condiciones anaeróbicas el percloroetileno se transforma en TCE y su toxicidad es similar.
Los productos de consumo en los que se encuentra TCE incluyen líquidos correctores de
máquinas de escribir, removedores de pintura, limpiadores de pistolas y productos de limpieza
en aerosol, etc. Hasta la década de 1970, se utilizaba para descafeinar el café.
La exposición al TCE no se limita a quienes trabajan con este tóxico. También contamina el aire
exterior, también el aire interior y las aguas subterráneas. Al estar en el agua subterránea se
evapora del suelo subyacente y entra en hogares, lugares de trabajo o escuelas.
Según Ray Dorsey, TCE y PCE probablemente median su toxicidad a través de un metabolito
común. Debido a que ambos son lipofílicos, se distribuyen fácilmente en el cerebro y los
tejidos corporales y parecen causar disfunción mitocondrial en dosis altas.
Las neuronas dopaminérgicas son particularmente sensibles a los neurotóxicos mitocondriales,
Disease.por lo que esto podría "explicar parcialmente el vínculo con la EP".
Los estudios en animales han demostrado que el TCE causó la pérdida selectiva de neuronas
dopaminérgicas. El artículo aparece en la edición en línea el 14 de marzo de 2023 Journal of

Parkinson's. Otros trabajos experimentales han encontrado neuropatología relacionada con la
EP en la sustancia negra de roedores expuestos a TCE a lo largo del tiempo. Además, los
estudios ya en 1960 mostraban una asociación entre TCE y parkinsonismo. Las personas que
trabajan con TCE pueden inhalarlo o tocarlo; Pero millones se intoxican con el químico a través
del aire exterior, el agua subterránea contaminada y la contaminación del aire interior, sin ser
conscientes de ello.
Existen riesgos para la salud bien establecidos por la exposición al TCE, incluido el desarrollo de
varios tipos de cáncer además de la EP. Por lo tanto, es necesario alertar al público sobre los
riesgos conocidos para la salud por el TEC buscando soluciones para eliminarlo de nuesro
entorno.
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